martes, abril 13, 2010

TDAH y alimentación


El ya popular y conocido por todos Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad se ha convertido en todo un clásico dentro de las sociedades contemporáneas. Este problema (que comienza a presentarse antes de la adolescencia) está vinculado directamente al trastorno bipolar, y no es un síndrome para nada desestimable.
Su alcance no termina ni en la niñez ni en la adolescencia. Si bien estas etapas del individuo están condicionadas negativamente por este trastorno, sus repercusiones se dan en la personalidad del individuo, pudiendo incidir negativamente en él a futuro.
Es por eso que es importante que los padres contemplen a los niños en este tipo de circunstancias, y además de la ayuda psicológica y medicinal, a través de la alimentación puede ganarse mucho terreno. A continuación podrás encontrar algunas recomendaciones para la alimentación de tu hijo con .
En cuanto a las vitaminas que pueden tener una acción positiva en caso de , las vitaminas C, E y el complejo B son agentes que actúan favorablemente en los chicos con este problema. Incluso también lo hacen el magnesio y el calcio, minerales que no deben estar ausentes de su dieta.
También los ácidos grasos esenciales tienen un efecto positivo. El pescado azul, el aceite de oliva o el aceite de bacalao, por ejemplo, tienen una acción muy positiva en casos de , regulando la irritabilidad y los estados nerviosos.
Finalmente, otros alimentos a tener en cuenta en la alimentación de niños con trastorno bipolar son los alimentos con salicilatos. Éstos contemplan alimentos como las manzanas, almendras, tomates, maíz, trigo, soja, lácteos, huevos, cítricos o frutos del bosque, los cuales tienen un accionar regulador de los cambios emocionales repentinos.
Existen varias dietas dirigidas a los niños, que combinan estos alimentos logrando buenos resultados, e incluso en la vía de este artículo hay una de ellas. No obstante, yo te recomendaría que te dirigieras a un nutricionista para elaborar una dieta personalizada si es que tu hijo sufre .
Vía | Nutrición