La Guitarra de Conchita y el Vaivén de la Atención: Dopamina, TDAH y el Dr. Hallowell
Conchita puede tocar la guitarra sin necesidad de aparatos electrónicos que le marquen el tono, pero hay días en los que lo hace con facilidad y otros en los que no logra pillarlo. Esta oscilación, que para algunos podría parecer aleatoria o atribuida al estado de ánimo, tiene raíces profundas en el funcionamiento del cerebro, especialmente cuando se habla de TDAH y la regulación de la atención.
El Dr. Edward Hallowell, experto en el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), ha señalado que este no es un problema de conocimiento o capacidad, sino de consistencia en el acceso a las funciones ejecutivas del cerebro. Una persona con TDAH puede sobresalir en ciertas tareas bajo condiciones óptimas, pero también puede verse atrapada en un bloqueo cognitivo sin razón aparente.
La clave está en la dopamina, un neurotransmisor esencial en los circuitos de recompensa y motivación. Las fluctuaciones en sus niveles afectan la capacidad de enfocarse, filtrar distracciones y coordinar habilidades motoras finas, como afinar una guitarra o seguir un tono sin ayuda externa. Si la actividad activa suficientemente el sistema de recompensa, la concentración fluye con naturalidad; si no lo hace, el acceso a esa capacidad se vuelve errático.
En el caso de Conchita, algunos días su cerebro encuentra suficiente estimulación en la tarea y su atención se alinea de forma espontánea. En otros, la falta de un estímulo adicional (como un afinador electrónico) la deja en un estado de desconexión, donde el acceso a la percepción tonal se torna difuso. Esta variabilidad no es un defecto ni una falta de voluntad, sino una manifestación del modo en que el cerebro con TDAH responde a la química interna y al contexto externo.
Para quienes experimentan estos altibajos, entender su propio ritmo atencional y trabajar con él, en lugar de luchar contra él, puede ser más efectivo que forzarse a la consistencia absoluta. Aceptar la fluctuación, encontrar maneras de reenganchar la dopamina y usar estrategias adaptativas puede marcar la diferencia entre la frustración y el disfrute del proceso.