viernes, julio 04, 2008

Desde los huesos hasta el sistema vascular, ejercitarse con regularidad es una forma segura de tener una mejor salud y calidad de vida.
No sólo la musculatura mejora con el ejercicio regular. Cada día se descubren nuevos beneficios en todos los niveles, desde la digestión hasta el ánimo, todos los sistemas se fortalecen y funcionan mejor.

“Disminuye la tensión, relaja el espíritu y permite salir de la rutina diaria. Favorece el intercambio con gente saludable, lo que ayuda a controlar el tabaquismo. Posibilita mantener un peso adecuado, con todo lo que significa para la autoimagen y la sensación general de bienestar. Baja el colesterol y la presión arterial, lo que en un hipertenso puede constituir parte importante de su tratamiento. En términos generales, activa la circulación global de todo el organismo, beneficiando la función cardiovascular”, señala Renato Mertens, cirujano vascular de la Universidad Católica.

El fortalecimiento del organismo en general conlleva mejoras en el equilibrio, en los tiempos de reacción y alerta, lo que es especialmente importante en la tercera edad para evitar las caídas y recuperar el estado normal antes que una persona sedentaria. La reducción del estrés es uno de los más importantes beneficios de ejercitarse regularmente. Con la disminución de las tensiones, también se reducen los síntomas de estreñimiento e intestino irritable.

El esqueleto en movimiento

“Tal como los músculos, los huesos consisten en tejidos vivos que responden al ejercicio fortaleciéndose. Quienes se ejercitan regularmente, por lo general alcanzan una mayor densidad ósea que los que no lo hacen”, explica Jaime Hinzpeter, médico traumatólogo especialista en deporte de la Fundación Médica San Cristóbal.

Los ejercicios de resistencia son los que más ayudan a mantener la salud de los huesos: este tipo de entrenamiento estimula su formación, lo que los hace más resistentes a los golpes y lesiones. Además, fortaleciendo los músculos, se les ofrece un mejor soporte, lo que privilegia especialmente a las personas con problemas como artritis o artrosis.

Con la ejercitación de las articulaciones, se aumenta la flexibilidad y el rango de movimiento, lo que permite desplazarse de mejor forma y conocer las capacidades del cuerpo.

Músculos más fuertes

El efecto del ejercicio en la musculatura es el más conocido, y también uno de los más buscados. Con el uso constante y los ejercicios regulares, los músculos aumentan de tamaño, haciéndose más fuertes, resistentes a lesiones y entregando mejor soporte en general al cuerpo, tanto a los huesos como a los demás sistemas.

Ejercicios y diabetes

Por décadas, el ejercicio ha sido considerado como una parte fundamental en el tratamiento del paciente diabético. Sin embargo, siempre les fue recomendado un ejercicio suave, como las caminatas, o aeróbicos. “La Asociación de Diabetes de América (ADA) ha recomendado los ejercicios de resistencia, pues tienen positivos efectos en la salud, aunque siempre es importante tener cuidado, es necesario contar con instrucción, por lo menos al principio, para aprender como ejercitarse sin causar daños”, explica Johana Pino, kinesióloga del Centro de Tratamiento de la Obesidad de la Universidad Católica.

Los ejercicios de resistencia han sido reconocidos como una herramienta terapéutica muy útil para el tratamiento de diferentes enfermedades crónicas, tales como el cáncer de próstata, las enfermedades arteriales coronarias y fallas cardiacas crónicas. Se ha comprobado que es seguro y eficaz, tanto para obesos como para personas mayores, ya que personas que se encuentran desacondicionadas cardiovascularmente pueden realizar ejercicios de fortalecimiento localizados sin aumentar su presión arterial ni frecuencia cardiaca además no debemos olvidar que la condición física de una persona depende tanto del sistema cardiovascular como de la capacidad muscular.